Pretendiendo desconocer dolor y escondiendo miedos y afanes,
Encuentro imposible conciliarme solo en los rincones de mi cuarto.

Con las palabras de ayer, sonoras y dulces,
Entiendo las sutilezas de no ser más que espera
Espera de gris y sorda voz que enreda los catalejos que llevan a mirar más lejos.

A veces sintiendo que no tengo nada más que lo que merezco,
Que la vida enseña hasta arder… doler… rabiar… matar
Empiezo a preguntar cuando podré caminar de nuevo sin miedo a sonreír.

Todo esto, esto de letras y silencios.
Todo lo que suena detrás del motor del aire frio que calma y adormece
Es un grito para la nadie, para el nada, para mis ganas, mis muchas ganas frustradas.

La mirada a la esquina se hace zoom entre más perdida,
Encontrar salida que no depende de los dedos, que no depende de las charlas excesivas
Completa el círculo de la impaciencia y de la fortaleza que mantener, al menos, escrita.