El mundo... mi mundo...
Lo veo en la sonrisa que sin miedo alguna vez tuve.
Lo recuerdo en mi niñez con las ganas absurdas de ver el carro amarillo de mi papá venir con mi mamá para llevarme al pueblo, porque los días donde mi abuela en Barranquilla eran a veces muy pequeños; el piso, los muritos, los muebles, el espejo inclinado, la...
¡¿En qué momento me tiré mi vida como para temerle tanto a un futuro feliz?!
¿Por qué puedo llegar a sentir tanta fijación por una canción que aliente a estar gris cuando todos los días construyo en lo posible cosas positivas con los que me rodean?
¡Un abrazo!
Onomatopeyas de juegos de infancia, letras de preludio y bulimia, contar hasta cinco con los dedos, arriba-al frente-a los lados...
¡¿Por qué no puedo parar el mundo que arranqué y decir lo quise hacer bien pero estoy fallando?!
¡Sonrisa!
A veces no soy tan fuerte ni... puedo con todo al tiempo. Respirar se aprisiona con las cargas que me pesan. No lo acumulable en cosas, no el dinero, no las palabras fáciles. ¡Lo que llevo dentro!
Mi mundo antes de perder por paz. Recuerden esto, dedos de mis manos, no se vale... no se puede, no...
Lo veo en la sonrisa que sin miedo alguna vez tuve.
Lo recuerdo en mi niñez con las ganas absurdas de ver el carro amarillo de mi papá venir con mi mamá para llevarme al pueblo, porque los días donde mi abuela en Barranquilla eran a veces muy pequeños; el piso, los muritos, los muebles, el espejo inclinado, la...
¡¿En qué momento me tiré mi vida como para temerle tanto a un futuro feliz?!
¿Por qué puedo llegar a sentir tanta fijación por una canción que aliente a estar gris cuando todos los días construyo en lo posible cosas positivas con los que me rodean?
¡Un abrazo!
Onomatopeyas de juegos de infancia, letras de preludio y bulimia, contar hasta cinco con los dedos, arriba-al frente-a los lados...
¡¿Por qué no puedo parar el mundo que arranqué y decir lo quise hacer bien pero estoy fallando?!
¡Sonrisa!
A veces no soy tan fuerte ni... puedo con todo al tiempo. Respirar se aprisiona con las cargas que me pesan. No lo acumulable en cosas, no el dinero, no las palabras fáciles. ¡Lo que llevo dentro!
Mi mundo antes de perder por paz. Recuerden esto, dedos de mis manos, no se vale... no se puede, no...