Estoy obsoleto, cansado y vacío.
Escucho ruidos de gente que aprecio cada vez más lejanos, cada vez más apartados. ¿Me encierro, o quizás de tanto perderme en una vida circense no quiero existir más?
Me niego rotundamente, grande y redondamente, a servir de bueno a un mundo que desconozco ya. Se ve tibio salir de las palabras grises, pero hay un hueco de soledad que tiene ecos de ¡Basta!.
Go on... next stop.