Llego a casa con la esperanza nublada.
Saludo a mi mamá gélido con las ganas que me regalara un abrazo.
Llego al cuarto, mando la tarea de la U y dejo entrever que alguien me dejó un mensajito.
Cierro, llevo al play de las canciones y enciendo welcome home de Radical face.
Mi madre me abre y me ruega que coma dos torticas de fríjol con jugo de maracuya... aún ahí los tengo, no tengo ganas para hacerlo.
La aureola cableada rodea nuevamente mis oídos y esta vez continúo escuchando la canción de mis 24.
Recuerdo a Lina, amiga que quiero que también me supo abandonar con el tiempo.
Miro los plumones de colores, mis botas y el abanico girar, el cuarto se hace tan pequeño cuando sé que tiene mil cosas pendientes por dentro.
Quiero volar a golpear mis piernas para hacer sonidos... quiero estar en un lugar donde el zoom del bajo me envuelva y no me deje abrir los ojos de nuevo.
Estoy cansado de estar. Mi única ilusión es innombrable y siento que la lastimo cuando hago estas cosas.
Saludo a mi mamá gélido con las ganas que me regalara un abrazo.
Llego al cuarto, mando la tarea de la U y dejo entrever que alguien me dejó un mensajito.
Cierro, llevo al play de las canciones y enciendo welcome home de Radical face.
Mi madre me abre y me ruega que coma dos torticas de fríjol con jugo de maracuya... aún ahí los tengo, no tengo ganas para hacerlo.
La aureola cableada rodea nuevamente mis oídos y esta vez continúo escuchando la canción de mis 24.
Recuerdo a Lina, amiga que quiero que también me supo abandonar con el tiempo.
Miro los plumones de colores, mis botas y el abanico girar, el cuarto se hace tan pequeño cuando sé que tiene mil cosas pendientes por dentro.
Quiero volar a golpear mis piernas para hacer sonidos... quiero estar en un lugar donde el zoom del bajo me envuelva y no me deje abrir los ojos de nuevo.
Estoy cansado de estar. Mi única ilusión es innombrable y siento que la lastimo cuando hago estas cosas.
