"Me gusta ver gente esperanzada" -Á
Decía casi que con un apóstrofre en el alma que acentuara como su dulzura, Alejandra, la prima que más amo sobre la vida, sobre mí, sobre todos.
"La A es mil veces mas bonita que la J. Arte, Amor o Amistad es mejor que Jabón, Jinete o Jarra." Insistió, y luego de un rato ya no era sino verla haciéndonos mueca con su A mayúscula y enfatizada con una tilde. La amo.
Como amo el saber última de un ¿Qué se yo si lo llaman así? ¿Corazón?... bueno, de él, la felicidad última de un letargo inúltil de desesperanzas, abandonos y olvidos. Como amo la brisa de esta época, su cielo gris y su aire de paz y reconstrucción.
Todo cuanto he hecho en esta última semana ha sido querer saber que esta vez todo va a estar bien, todo saldrá bien y todo debe traer felicidad. Y es que por eso la doy, como puedo, en el marco de las sombras de donde vengo, con la sutileza de las palabras que me robo, o con la fuerza del desespero por no llegar a un final.
Mi vida se condensa a pocas cosas invaluables, ya poco de ellas me han de dar fuerzas, sostengo y no yerro, en seguir; me he visto morir a los 25 años con una ilusión perdida, bajo el fuego de un ser mitológico o los hielos de una alondra inmensa que bajó de las montañas del cielo.
Mi a no es una instancia por recorrer, más bien es el alma por aprender y conocer, por transmutar y llevarme a apaciguar la hegemonía arbitraria de pensamientos que ya no son míos. Es "la esperanza" nueva. Un quién por luchar, un quién por llevarle con gracias lo bueno que me queda.
Yo quiero algo así, algo por qué luchar. Y como su primera tonada compartida:
Decía casi que con un apóstrofre en el alma que acentuara como su dulzura, Alejandra, la prima que más amo sobre la vida, sobre mí, sobre todos.
"La A es mil veces mas bonita que la J. Arte, Amor o Amistad es mejor que Jabón, Jinete o Jarra." Insistió, y luego de un rato ya no era sino verla haciéndonos mueca con su A mayúscula y enfatizada con una tilde. La amo.
Como amo el saber última de un ¿Qué se yo si lo llaman así? ¿Corazón?... bueno, de él, la felicidad última de un letargo inúltil de desesperanzas, abandonos y olvidos. Como amo la brisa de esta época, su cielo gris y su aire de paz y reconstrucción.
Todo cuanto he hecho en esta última semana ha sido querer saber que esta vez todo va a estar bien, todo saldrá bien y todo debe traer felicidad. Y es que por eso la doy, como puedo, en el marco de las sombras de donde vengo, con la sutileza de las palabras que me robo, o con la fuerza del desespero por no llegar a un final.
Mi vida se condensa a pocas cosas invaluables, ya poco de ellas me han de dar fuerzas, sostengo y no yerro, en seguir; me he visto morir a los 25 años con una ilusión perdida, bajo el fuego de un ser mitológico o los hielos de una alondra inmensa que bajó de las montañas del cielo.
Mi a no es una instancia por recorrer, más bien es el alma por aprender y conocer, por transmutar y llevarme a apaciguar la hegemonía arbitraria de pensamientos que ya no son míos. Es "la esperanza" nueva. Un quién por luchar, un quién por llevarle con gracias lo bueno que me queda.
Yo quiero algo así, algo por qué luchar. Y como su primera tonada compartida: