Eso, o pura y física falta de pertenencia, amor y respeto, ¡eso!, ¡respeto!, respeto y responsabilidad por lo que no nos pertenece, es lo que empieza a destruir el caribe.
Siendo niño imaginé que los campos donde plantaban patillas estarían por siempre. Que los lagos con pequeños barcos de antaño, limpios se mantendrían, o que el impacto de trazar una línea para los carros no afectaría las dos caras de la calle que formaba. Sin embargo ¿Qué?, ¡Nada!. Todo va sumergiéndose en irrelevancias cuando el poder, la avaricia, el camino fácil y el oportunismo se aprovechan de pueblerinos corazones.
La carretera Oriental, que bordea (casi) todo el río Magdalena desprendiéndose de la tormentosa Barranquilla y absurdamente sobrepoblada soledad, era bella, tranquila y, sin ánimos de parecer egocéntrico, una de las más rápidas del departamento. Ahora, con la Ruta Caribe lleva a cuestas una modernización plagada de avisos luminosos innecesarios, un lentísimo recubrimiento de sus arterias que más han remarcado por lastimarla que por exaltarla; huecuda, desnivelada, polvorienta...
Decir qué le rodeaba, hasta ese entonces de mi niñez, era orgullo puro: pueblos pujantes, sin pretensiones de crecimiento industrial ni poblacional, campesinos, agricultores y pescadores de los sueños de hijos semicitadinos con ganas de marchar a la ciudad; un compendio basto de microestaciones donde llevar arepas con jugo de tamarindo o de corozo, bollos de mazorca, guayabas y mangos.
Hoy, bordeada por bodegones desérticos, empresas "que apuestan al crecimiento del país", ¡Ja!, bolsas de basura, bolsas al aire libre, bolsas plásticas, bolsas de chitos, azules con rayas blancas, de Sao, bolsas, bolsas, ¡Millones de Bolsas!. Lagos infestados de aguas residuales surtidos de senderos amarillos y ocres; color mierda.
¿Cómo no sentir rabia, dolor, indignación e impotencia por lo que hacen o por como llevan a ritmos insanos el cambio de los recuerdos Barranquilla-Santo Tomás?, ¿Qué espera el hombre a futuro con tener más y más cosas para producir cosas y cosas de cosas innecesarias? Es casi inverosímil pensar en todo lo que hemos olvidado.
Mi cámara del celular no es mi A37, que ya me saca rabietas, pero aquí un detalle del transcurrir en un Cootrasoriente hacia el pueblo:
Siendo niño imaginé que los campos donde plantaban patillas estarían por siempre. Que los lagos con pequeños barcos de antaño, limpios se mantendrían, o que el impacto de trazar una línea para los carros no afectaría las dos caras de la calle que formaba. Sin embargo ¿Qué?, ¡Nada!. Todo va sumergiéndose en irrelevancias cuando el poder, la avaricia, el camino fácil y el oportunismo se aprovechan de pueblerinos corazones.
La carretera Oriental, que bordea (casi) todo el río Magdalena desprendiéndose de la tormentosa Barranquilla y absurdamente sobrepoblada soledad, era bella, tranquila y, sin ánimos de parecer egocéntrico, una de las más rápidas del departamento. Ahora, con la Ruta Caribe lleva a cuestas una modernización plagada de avisos luminosos innecesarios, un lentísimo recubrimiento de sus arterias que más han remarcado por lastimarla que por exaltarla; huecuda, desnivelada, polvorienta...
Decir qué le rodeaba, hasta ese entonces de mi niñez, era orgullo puro: pueblos pujantes, sin pretensiones de crecimiento industrial ni poblacional, campesinos, agricultores y pescadores de los sueños de hijos semicitadinos con ganas de marchar a la ciudad; un compendio basto de microestaciones donde llevar arepas con jugo de tamarindo o de corozo, bollos de mazorca, guayabas y mangos.
Hoy, bordeada por bodegones desérticos, empresas "que apuestan al crecimiento del país", ¡Ja!, bolsas de basura, bolsas al aire libre, bolsas plásticas, bolsas de chitos, azules con rayas blancas, de Sao, bolsas, bolsas, ¡Millones de Bolsas!. Lagos infestados de aguas residuales surtidos de senderos amarillos y ocres; color mierda.
¿Cómo no sentir rabia, dolor, indignación e impotencia por lo que hacen o por como llevan a ritmos insanos el cambio de los recuerdos Barranquilla-Santo Tomás?, ¿Qué espera el hombre a futuro con tener más y más cosas para producir cosas y cosas de cosas innecesarias? Es casi inverosímil pensar en todo lo que hemos olvidado.
Mi cámara del celular no es mi A37, que ya me saca rabietas, pero aquí un detalle del transcurrir en un Cootrasoriente hacia el pueblo:
"Prohibido Botar Basuras" dijeron... a merced de aguas negras, les sirvieron.
