Rebuscando un libro más nuevo de Cien años de soledad en la vitrina de libros de mi abuelo me encontré esta cámara. No tenía ni idea que mi abuelo guardara una cosa así en sus pertenencias, prefería mirar los fotogramas en las cápsulas con lupa a contraluz o rebuscar monedas viejas de otros países.


Sorpresas, añoranzas y sonrisas las que se encuentran siempre por allí... hasta en papeles instructivos para tomar una buena foto.