Después de fascinarme con la última canción que me "presentaron" de Aterciopelados he decidido recordar todo lo que este grupo ha impactado en mis humildes días, Paz... Luz...

ATERCIOPELADOS


Cuando era chico recuerdo haber escuchado Florecita rockera. ¡Qué iba a saber de rock!, ¡Qué iba a entender el trasfondo social, o no, de esa canción!, ¡Qué iba a esperar de una voz tan pesada para mis oídos de ese entonces!, sólo sé que me la gozaba. Y en buen término, porque más que escucharla en un cassette o LP propio, de a ratos lo hacía en casa de primos, que ya se habían ambientado mejor a esta música.

Más grande y en la etapa de decisiones poco "maduradas" escuchaba atento El álbum, y ya el impacto audiovisual al ver el vídeo me empezó a acercar más a Aterciopelados. Al principio no entendía que eran, las influencias de mis papás los pintaban como Hippies, cachacos de música "verde" y de toda la influencia local (vallenato y baladas) mi mente no se hacía bien a la idea de eso.

Sin embargo, con el arraigarme o amarrarme a ideas medioambientales, de pacifismo y vida tranquila, de lucha por ideales sanos y constructivos pude entender a Aterciopelados. Ellos son eso, Paz y luz. Su música es como un respiro de aire fresco ante la contaminación, sus sonidos tan nuestros y tan universales hacen palpitar las fibras de mi cuerpo que llegan a moverse junto a las guitarras distorsionadas, sonidos eclécticos, bizarros y psicodélicos, o junto a tambores fuertes y flautas alegres.

Y qué más que toda una sonoridad multicolor junto a una voz ronquita y delgada como la de Andrea Echeverri. Una de esas personas que te inspiran, porque, además de llevar una vida ahorrativa, sencilla y simple (recuerdo verla en una entrevista con su hija bebé, tan tierna y humilde), transmite sus emociones en el arte y lo comparte, como ella es para el mundo, sin alienaciones ni influencias monetarias; gratis o económica.

Y es Gratis, precisamente, la canción detonante de este post. Gratis las esperanzas, los te quieros, las sonrisas y los actos para quien me mostró esta canción y me hizo palpitar de felicidad efímeramente eterna.