He decidido hablar de mi relación con el conjunto de aspectos que rodean la vida religiosa, o la ausencia de la misma, llamándolo, o más bien enfrascándolo en el título "Religión", así me libraré de toda culpa si pasa inadvertido, porque poner estas letras da prevención y aleja pues es un tema absolutamente trillado e inoficioso.

Y terminando de aclarar que el título no ha sido del todo acertado, concluyo por decir que tengo una religión, o muchas, y esas se me dan por la manera religiosa con la que desarrollo las cosas. Por ello entiendo como mis religiones las rutinas y pasos antes de dormir, antes de salir, después de bañarme,... u organizar mi música, mis películas, mi agenda, etc.


Preámbulo

El tiempo, mientras forjamos nuestro carácter, nos da una noción clara sobre nuestra existencia: no importa tanto el filosofar si existimos o no, el ahora, nuestro pasado y lo que planeamos a futuro, son la prueba de que estamos, y que tenemos y somos, qué, no sé, eso va con cada uno, pero todo cuando va pasando nos va escribiendo en la historia. Es entonces, como el tiempo, cronológica y físicamente hablando, nos dice que lo que tenemos por hacer se limita a un lapso corto o largo dependiendo del devenir de sucesos, controlados e incontrolados, misteriosos a veces, otras muy claros, que a la larga terminamos por intervenir.

Es esa concepción de tiempo, tan ambiguamente hostil que me ha llevado a explotar mis capacidades intelectuales por comprender desde distintos puntos de vista los aspectos que afectar mi pasar de "tiempo" por este planeta.

Ahora bien, contextualizar es importante y el inicio debe poner claridad sobre ello para procurar no omitir detalles. Nací en un hogar católico, crecí siéndolo, poco practicante y muy prevenido, tracé mis primeras ideas ateas, luego me definí como cristiano mientras exploraba más las bases de esa religión, terminé volviendo al ateísmo agnóstico.

Esa religión con la que crecí y que terminé por analizar muy bien es la que hoy aún domina la fe en occidente. Es la que ha traducido desde los tiempos primeros los vacíos del tiempo, que los hombres han intentado llenar entre dudas e ideas cambiantes, en verdades absolutas. Establece un dios creador, omnipotente, omnisciente, omnipresente, eterno e infinitamente bueno. Tiene como código de conducta y manual de moral las escrituras de la biblia; un libro compuesto por otros más pequeños divididos por la llegada y partida del dios mismo hecho hombre. Tiene la particularidad de haber dominado la religiosidad de los pueblos primitivos hasta los grandes imperios, la potencia de haber instaurado regímenes y la sagacidad de estar aún presente a pesar de los siglos como fuerza de decisión en todos los aspectos del hombre.

El cristianismo es primo del judaísmo y del islamismo. Las otras dos potencias religiosas del mundo. Todas con un ser creador supremo. Su eje transversal es la fe, necesaria para el juego de salvaciones y castigos, perdones y condenas de las que sus libros, sus rituales, sus dogmas y convicciones bien nos hablan. Su base es reconocernos como hijos de dos criaturas que trajeron el pecado, de una serie de reyes y grandes hombres que sacaron adelante un pueblo luchador hasta la tierra prometida, seguidores de un gran mártir que borró las malas conductas y nos trajo, en difusión y compañía de apóstoles el camino de la verdad, el amor.

Algunas de las enmiendas son construir nuestra vida alrededor de estos postulados y entendernos como personas que debemos buscar ese camino. También existen, en la inmensidades de variantes de esa religión, sus ritos, rituales y ceremonias que varían además de los pueblos y las distancias, de intensidad y severidad de reglas y normas de conductas.

Finalmente, la religión (o las religiones, pues no quiero dejar de lado sus matices y similares) cristiana, tiene su hogar en Medio oriente, tierra de todas las que mencioné. Aún hoy territorio activo de violencia y de conflicto, a pesar de ser rico en artes, recursos y belleza. Viajó hasta la conquista el Caribe grande con los conquistadores españoles, que la usaron para su proceso colonizador y la difundieron como la doctrina inmutable para conducir el destino de los pueblos.

Compactando todo y estableciendo los siguientes ejes de este tratado, crecí con una religión de un pueblo lejano, que como caribeño globalizado (fruto de mezclas) poco le pertenece, que mantiene aún como eje central un libro milenario, que establece verdades absolutas que moldean el pensamiento y el actuar y que no terminó por construir bases para difundirla y mantenerla, reconociéndome como un igual a los demás, filosóficamente arraigado a la improbabilidad de la existencia del dios que esta me mostró y un no creyente - librepensador en la práctica.

Problemas, tolerancia y acción.

Aclaro que esta parte la titulo problemas, tolerancia y acción porque mi relación con la religión cristiana no se da sino enmarcada en ellos: hay un problema que me afecta, o lo tolero o acciono mis ideas. También aclaro el entender la diferencia entre la espiritualidad y religión, no entraré a describir la espiritualidad del cristianismo y los problemas de este pues, como ya he aprendido, el debate se extiende, se hacen sólo premisas sobre el deber tener fe y quiero centrarme en la actuación y afección de esta religión. Además, mi parte espiritual está ya alejada desde hace mucho a los tratados que el cristianismo me dio; hoy me saca sonrisas pensar en la transmigración de las almas o el reencarnar en un animal; me veo a veces como un conjunto de energías; entiendo mis dualidades y las cargas emocionales de ellas; busco saber más del bien tranquilo y pacifico cuando cierro los ojos; todo en el marco de esa picardía de divagar en cosas que no sé y que son muy difíciles de concebir, entender y sobretodo tratar como verdades absolutas.

Medioambiente: el cristianismo con su trato al medioambiente es un desastre. Lo afirmo tajantemente porque el dogma central cristiano menosprecia el misticismo por la tierra y por los animales, todo se centra en el humano, en sus necesidades y pretensiones. Se ve a los otros animales como un regalo del creador para nuestro sustento. Se entiende que este mundo es pasajero y él le dará a sus creyentes uno más (o no, pero otro a la larga), por lo que los recursos se regulan más lo que hay que consumir, por el comercio, por el difundir la fe, etc. y todo lo demás no es un asunto trascendental en las filosofías prácticas cristianas. En este aspecto no soy tolerante, evito absolutamente que la intervención del hombre impacte más de lo que debería la tierra usando como pretexto el regalo que nos han dado. Comprenderme como un animal más me da la responsabilidad de la protección y cuidado de los otros, rechazo las tesis de "creced y multiplicaos" si a costillas de eso se daña el entorno ambiental y se afectan especies. Comprender que esta es la única tierra que existe a la mano, me hace querer trabajar más por ella, entender sus ciclos, su naturaleza cambiante y diversa, rechazo las tesis de tomar de ella absolutamente todo como regalo del cielo sin comprender que como especie la continuidad es importante. No hay fin de mundo que me haga pensar en que mi instancia es pasajera y por lo tanto el que luche por protegerlo termina siendo en vano, no... el idealismo, que heredé por crecer en un pueblo, en contrastar otras "religiones" como las filosofías de oriente me han llevado a entender que lo que ahora tenemos es lo que debemos conservar para la felicidad de los otros, animales y humanos pensantes.

Educación: se dice que la educación ha florecido gracias al cristianismo. La mitad de las universidades de mi país han sido construidas por esta religión y ni de hablar de los colegios. Algo totalmente válido pues aquí la libertad de culto, como debería ser, es un derecho y debe protegerse. Además, siendo desde siempre el clero uno de los poderes más importantes (hasta político) es más que obvio que la educación fuera parte de su que hacer, pues se podía contruir conocimientos universales y a la ver difundir, como necesariamente es según sus bases, sus doctrinas y prácticas. Sin embargo, el absolutismo vuelve a hacer estragos y es algo que tampoco tolero. En todo el país está bien visto, aunque fuesen colegios públicos, (a veces hay un sólo colegio en los pueblos y ese es el público), impartir religión en el plan académico desde temprana edad. Así pues, las ideas de un creador bondadoso, de su hijo amoroso se van instalando en la mente de los que se están formando, todas enmarcadas como verdades absolutas. Casi que se obliga al aprendizaje del catecismo o de las ceremonias, morales y prácticas sociales cristianas como forma de vida. Bajo una simple materia (asignatura) no se hace todo esto, no. Los símbolos (banderas, cruces, estatuas, imágenes, letreros) todos aseguran que la doctrina cristiana, e insisto aunque sean colegios públicos (públicos de pagados por el Estado laico), es la forma de vida que se debe llevar.

Para un humano en formación estas dogmas terminan o por chocar con las clases de ciencias, sociales (globalmente hablando) y filosofía o por moldear y limitar la forma como las ven, pues se pierde la objetividad al ver todo lo que llega como intervención del ser supremo que se les ha impuesto desde pequeños. No se les enseña sobre todas las otras religiones, sobretodo menos sobre las orientales, que excluyen a dioses y construyen la educación desde temprano en aspectos más humanos y menos metafísicos. Se les aísla a los que piensan distinto, pues siendo el dogma cristiano el de la verdad, el no llevar sus prácticas sociales va en contravía. Se termina por hacer un ciudadano limitado en ideas de mundo, satisfecho con sus prácticas, convencido de ser las únicas que permiten su salvación, en fin, susceptible a ser intolerante, manipulable, conservador, intransigente y poco visionario.

Cultura y sociedad: la cultura, y subculturas, cristianas son respetables. Si bien muchas de ellas terminan siendo tóxicas por arrastrar a las demás bajo su concepción de "difundir la palabra", el ejercicio social de sus ceremonias, fiestas y fechas importantes ha logrado establecerse como de imperiosa práctica. De allí que estas se mantengan y se sigan heredando, se consideren irrevocables en el calendario anual, sean mundialmente conocidas, aceptadas y difundidas. Y es que quien no se aprovecha de la semana santa para descansar. En mi caribe ir a la playa es una necesidad; o aprovechar el fin de año, con la navidad, para recogerse con la familia y unir más los vínculos. Obviamente todas las culturas, hasta de las que el cristianismo aprendió, entienden esto y lo contemplan. Nuestros antepasados africanos y americanos tenían una rica cultura también. Por ello esto es más que tolerable y entendible.

Asimismo, las artes del cristianismo son majestuosas y admirables. Es claro, pues sirven de recordación de sus doctrinas y de difusión, estatus y magnificencia. Sobre todo esto se ve en la arquitectura, pintura, música, escultura. Aunque cabe aclarar que explotaron todo esto como todas las otras culturas y sociedad del mundo, no han sido los primeros ni los únicos. Lo que se valora es la herencia que deja al arte. Y ese ha sido mi actuar, de observador ante la riqueza que han dejado.

En continuación, hoy en día cuando el clero no tiene el poder político de antes (con algunas excepciones) el cristianismo y el catolicismo se han convertido en máquinas que buscan dinero para su preservación y difusión. No hay interés por la cultura, sólo se han concentrado en llevar la fe. Las iglesias de bodega abundan. Las grandes catedrales e iglesias se mantienen sobretodo por amor a la conservación y restauración de los patrimonios históricos. Aceleraron lo que su libro de revelaciones dice y viven en pro del fin, no hay nada nuevo que heredar, sólo la intensidad con la que ahora buscan adeptos a sus doctrinas.

Es necesario, sin embargo aclarar que social y culturalmente el cristianismo es culpable de las mayores opresiones, guerras y atrasos a la humanidad. Está implicada por sus ideas absolutistas en el actuar de sus líderes. La historia está allí y de eso no hay nada más que decir.

Ideas finales

El cristianismo fue uno de los motores que me llevo a interesarme por las sociedades humanas. De igual forma, uno de los tantos que me impulsó a querer actuar con amor. Sin embargo, el cristianismo no define el rumbo que como ciudadano de mundo debería llevar. No ser de ningún lado (de la misma forma como se deben abolir las ideas patrióticas), y ser de todos a la vez lleva la responsabilidad de estar presto para aprender de todos y enseñar todo. Cada quién puede tener sus concepciones sobre seres superiores y puede establecer el vínculo que quiera más todo el actuar que se desprenda, pero es algo propio, subjetivo y no puede tratarse como absolutismo e imponerse ante los demás. Entender que la eternidad, la salvación, el resucitar, el otro mundo son planteamientos que nadie llegará a conocer nos debe aterrizar a entender este momento, esta tierra, esto que vemos como único y valioso, que debemos proteger y defender. Vernos igual a los demás sin sentirnos superiores moralmente o ser hijos preferidos de alguien, debe hacernos luchar por evitar las exclusiones, el fascismo, las opresiones y las guerras.

No hay nada mejor que mantener esperanzas e ilusiones, como pensar que algo nos ayuda y nos protege, pero no podemos permitir que esa sea la verdad para los demás. Y menos que esta verdad se establezca a través de un libro de conducta, la Biblia, porque esta más que llena de amor, ha mostrado el terror, el horror, la sangre y pena y no augura para todos una felicidad. No se puede seguir imponiendo esta sobre los demás, yo que la he leído y analizado no la puedo mirar así. Hay otra infinidad de esperanzas e ilusiones a lo largo de la tierra que tienen más compromiso con nuestra vida, más blancas, disciplinadas, felices... sobre todo las ancestrales y orientales. Para leer hay mucho, la ciencia, la filosofía y las artes son vías más sanas para conducir nuestra vida en el camino de vacíos que no nos llenará la fe, construir un mundo sin el interés de un premio o un castigo nos hace más puros y más humanos.

La vida, como el tiempo la define, termina siendo corta o larga por nuestro actuar, pensar, intervenir, callar, sentir y anhelar, limitarla por absolutismos y convicciones que se salen de las enseñanzas de la historia, de la lucha científica, de los motivos del arte, depende de cada uno de nosotros.