Me acabo de imaginar dando razones que nadie me pedía sobre mi relación con el mundo (dentro, fuera e imaginariamente de este) y creo que es el mejor ejercicio para plasmar quién soy por como establezco vínculos, y no para que los demás le conozcan, por ello, quizás, todo esto es sólo fruto de una reflexión.... es una crítica al mundo donde el conócete a ti mismo se queda corto en el ti cuasi yo, dónde no tienes oportunidad de imaginar el conocerte a ti mismo por tu relación con los demás.

Al tener una fuerte filosofía agnóstica, mi sed de saber "verdaderamente" de dónde vengo se limita a una reflexión donde la antes constante duda, va llenándose de hechos válidos y conclusiones. Por ello, y más por el entenderme como un ser mortal, he establecido como primera medida al relacionarme con cualquier animal, que este no es más que un "algo" igual que yo, que pisa en este mismo instante conmigo un pedazo de tierra apta para lo complejamente extraordinario: la vida.

Al ser un animal alguien igual que yo, no pretendo en absoluto desconocer el nivel que ocupa en una cadena de vida interrelacionada, es decir, tienen limitaciones desde la misma concepción taxonómica donde nacen hasta el nivel de expresión facial que puedan mostrarme. Por ello, y por ejemplo, un mosquito no será más que un invertebrado que quizás sólo comparta conmigo la necesidad de sangre y el respirar, pero nos alejemos tanto en que yo piense "reflexivamente sobre un pasado inverso a un futuro deseado" y este no. Esto me hace pensar que tenemos muchos derechos, los animales y yo, pero también muchos limitantes y accionantes biológicos que no generen, precisamente, una relación cordial entre ambos.

A pesar de todo esto, he decidido, entre muchos fallidos, respetar la vida de los animales, en el marco de lo posible. Dejé de comerles (con algunas excepciones, específicamente pescados, que no me hacen mejor ni peor persona y que no vale justificar, aunque reafirmo que no es especismo contra los peces... sólo una última salida a una cadena alimenticia que, supongo... sumado a mi forma caribe de ver el mundo, sufre menos y que no puedo evitar pensar, es necesaria para una buena, aunque les coma pocas veces, nutrición). Dejé de comprar productos donde les usen muertos o vivos (cuero, snacks-mix con chicharrones, comida con algún ingrediente como arroz de pollo...). Es una ayuda pequeña a respetar su vida. Y lo hago, uno, porque los humanos ya no tenemos consideración alguna de un animal "inferior" ni las oportunidades que este tiene como derecho a esperar por nacer libre como uno; dos, porque la forma como les consumimos (es claro que los animales nos consumimos entre sí), ha llegado a ser cruel, despiadada... compramos carne como un producto más, era un animal que toda su vida vivió para que le mataran, degollado quizás hasta el dolor... y no sólo el, su familia cercana en masa y cantidades astronómicas; tres, porque comer un animal por deleitarnos con su sabor puede rebajarnos a simples pasionales de lo superficial, un animal que nos alimenta y nos gusta, por algo le preferimos, está siéndonos de ayuda, no es lo que nos dan para ir experimentando entre gustos; cuatro, he llegado a un momento donde puedo dejar de vivir de lo que me dice que consuma la sociedad, o de lo que me da de alimentar mi familia, antes la historia y la cultura son otro gran factor, pero como todo puede arreglarse, evitarse, modificarse y apresurarse a mesurarse si se está generando un impacto negativo con los animales, seres semejantes.

A los animales les hablo, así digan muchos no me entiendan. Les hablo porque tengo, como alguna vez leí, una visión mística de ellos. Quizás tenga dudas y me parezca tonto pensar en tener un alma que transmigre a otra en forma de animal... pero la idea no es del todo absurda si se llega a la madurez de ver en los ojos o en los movimientos de un animal la sensación que es, o fue, un semejante con una vida distinta. ¿Qué tal si sólo a un perro entre ladridos me dice te quiero y yo no pueda intentar en mi lenguaje hacer lo mismo? sería triste para él y para mí... digo, perder la oportunidad de hablar a un semejante que vivirá menos el comunicarme sólo por pensar que no me entiende (así, insista, en lo descabellado del habla).

A pocos animales le temo. ¿Para qué presionar mentalmente a alguien a que omita una relación con equis animal porque le dañará si este o él se le acerca?, es decir, es claro que una víbora es peligrosa, puede lastimarte o herirte mortalmente, eso es claro, pero infundir temor, que luego desemboca en odio y exclusión (hasta exterminio), porque me dañará es absurdo. Más bien presionar, o enseñar, a respetar que una criatura peligrosa debe tener un espacio suficiente para no lastimarnos (y sumarle a que ojalá no se le afecte el habitad ni se le invada), es una obligación al ser una especie pensante. Temerle a un perro, domesticado, por miles de años atrás, por culturas "menos" inteligentes, nos hace ser estúpidos. Si saben que un perro tiene la idea de proteger el territorio de su amo o propio, es absurdo que sabiéndolo culpemos y sumemos el temor que él mismo da contra nosotros para al final afectarnos... es todo comprensión. Temer nos hace errar, ser precavidos y conscientes de los límites es lo que nos puede ayudar a mejorar nuestra relación.

Sentimentalmente, y por las anécdotas que cargo entre borrosos recuerdos, siempre he establecido relaciones con los animales. Que alguien que te siga a la cama, quizás por hambre, sed, miedo, "lambonería sumiso-temerosa", o por un real aprecio, puede mover tus fibras, llevarte a amarle, comprenderle en sus terquedades, darle más espacio que el que tu mismo tienes, hasta llevarte a sacrificarte por él. Los sentimientos que un animal puede darte son tan fuertes como los que la sociedad exige con al menos tus familiares... es absurdo ir por la vida pensando que sólo se puede llegar a llorar por un tío, o un conocido, no tontamente por tu gato marrón...

Y así, es como surgen luego los actos que nacen de esos sentimientos, como el repudio a quitarle la libertad a un pájaro que te brinda alegría revoloteando en un parque en una tarde cálida, o a evitar que alguien golpee a un perro que sientes como tuyo... como decides decirle a los demás, que los animales son iguales a ti, y que la primera relación importante, al ser parido como mamífero, es la de respeto y amor por los animales.