No es justo que el Domingo XXIII sea el de tu cumpleaños 22, debería ser el domingo XXII, por eso, y tarde, iba hacer el domingo XXI-1/2, pero luego pensé que el domingo de mi cumpleaños no me iba a poner a escribir sobre música... así que como antesala a ello, y entre las dos semanas, recordaré una de las canciones de mi infancia.
CUCARRÓN MARRÓN
Klim
Recuerdo entre casetes y un equipo grande Shimasu, cantar canciones al lado de un vaso de leche Klim. Esa misma leche que venía en un tarro amarillo-dorado-naranja que traía los casetes.
Recuerdo que eran blancos, algunos no traían música, sino cuentos, cuentos donde aprendí a fantasear y a imaginar a la par que aprendía a leer. Las letras eran azules y no traían más que tres por el Lado A y tres por el Lado B.
Después de mucho tiempo, ahora no venían esas mismas canciones en casetes sino en Cds, esos mismos que se confundían con los de Piero, Leonardo Fabio, Orlando Contreras, Joe Arroyo... era una tranquilidad saber que no tenía que rebobinar con un lápiz las cintas, bastaba con meter en la más pequeña de las consolas del Shimasu los discos para escuchar mi música.
Recuerdo que la última vez que les vi fue guardándoles en mp3 (o wma) en mi computador. El tiempo es cruel y sólo basta crecer para olvidar las cosas importantes.
Hace poco recordé esas canciones. Angustiado intenté buscarlas en los nuevos equipos y no las hallé. Pasé horas en internet buscando dónde descargarlas, ni siquiera los cds... lo único que hallé fue una de las pocas canciones que no tengo de esos casetes en los cds, El cucarrón marrón.
Suena tonto, pero te apegas a esas canciones que no importa la edad, lo único importante es lo que te recuerdan... la felicidad inagotable de la niñez.
Menos mal mi hermano entre nuestro desorden compartido sabía donde estaban el par de Cds y luego comprobé, casi a la par, que los mp3s estaban en la laptop más vieja, que hace poco actualizamos y cuyos datos creíamos perdidos.
Sin más les dejo una historia que me hacía pensar en un animal grande, marrón, luchando por voltearse...
Aunque antes... después de decirle a mi papá si sabia de esos Cds y que le contara a mi mamá entre burlas, me recordaron que con esos casetes me quedaba afónico de tanto contarlos y cantarlos. Mi mamá me hablaba como yo lo hacía y... le decía sonrojado que lo dejara de hacer... :$
Recuerdo que eran blancos, algunos no traían música, sino cuentos, cuentos donde aprendí a fantasear y a imaginar a la par que aprendía a leer. Las letras eran azules y no traían más que tres por el Lado A y tres por el Lado B.
Después de mucho tiempo, ahora no venían esas mismas canciones en casetes sino en Cds, esos mismos que se confundían con los de Piero, Leonardo Fabio, Orlando Contreras, Joe Arroyo... era una tranquilidad saber que no tenía que rebobinar con un lápiz las cintas, bastaba con meter en la más pequeña de las consolas del Shimasu los discos para escuchar mi música.
Recuerdo que la última vez que les vi fue guardándoles en mp3 (o wma) en mi computador. El tiempo es cruel y sólo basta crecer para olvidar las cosas importantes.
Hace poco recordé esas canciones. Angustiado intenté buscarlas en los nuevos equipos y no las hallé. Pasé horas en internet buscando dónde descargarlas, ni siquiera los cds... lo único que hallé fue una de las pocas canciones que no tengo de esos casetes en los cds, El cucarrón marrón.
Suena tonto, pero te apegas a esas canciones que no importa la edad, lo único importante es lo que te recuerdan... la felicidad inagotable de la niñez.
Menos mal mi hermano entre nuestro desorden compartido sabía donde estaban el par de Cds y luego comprobé, casi a la par, que los mp3s estaban en la laptop más vieja, que hace poco actualizamos y cuyos datos creíamos perdidos.
Sin más les dejo una historia que me hacía pensar en un animal grande, marrón, luchando por voltearse...
Aunque antes... después de decirle a mi papá si sabia de esos Cds y que le contara a mi mamá entre burlas, me recordaron que con esos casetes me quedaba afónico de tanto contarlos y cantarlos. Mi mamá me hablaba como yo lo hacía y... le decía sonrojado que lo dejara de hacer... :$