Hoy decidí ir a un paso más en las producciones audiovisuales que me gustan. Además de escribir sobre Cine, Cortometrajes y Series de tv, escribiré sobre Documentales en un ciclo de cinco... uno cada semana. Como lo hice con algunos anteriores (creo que sólo han sido El edificio de los chilenos y Eartlings), la idea es mostrar los aspectos importantes de la producción pero ahondar más en cómo han cambiado, o han explotado más, algunas partes de mí.

COLLAPSE, 2009

Collapse es un documental que por cosas de la vida, pensé vérmelo obligado, casi maniatado a la silla (léase hacerle una tarea). Sin embargo, bastaron pocos minutos para entender lo interesante que sería.

Vale resaltar que la estructura del documental lo hace más comprensible: una entrevista a Michael Ruppert un periodista, visionario y conflictivo-revolucionario en temas ambientales y socio-políticos en conjunto con una narración dura mezclada con imágenes, clips y gráficos. Así, es mucho más fácil hacer conciencia y tomar las medidas que el documental propone.

Ahora bien, la temática de Collapse es mediomabiental, ambientalista para resumir términos. Habla de cómo los seres humanos estamos llegando a un punto sin retorno donde la vida no es sostenible, de cómo el ritmo que llevamos nos llevará a estrellarnos más pronto y duro con la realidad. De la situación con el petroleo, su uso y abuso desmedido... lo que ha generado y seguirá generando su producción, explotación y localización (siendo esta última el desencadenante de problemas y conflictos). Y, dentro del aspecto ambiental mencionan algo muy importante, cómo nos hemos olvidado de la tierra... a la que vemos como fuente ilimitada de alimento... sin entenderla, sin saber que tiene ciclos, que debe respetarse y cuidarse.

Por todo lo anterior, sumado a la emotividad que resulta de ver hasta donde mi especie ha llegado, he decido dejar de comprar productos en plásticos (hasta como me sea imposible), dejar la estupidez de querer un coche rápido (es imposible pensar en alguno bio-sostenible) y de nuevo hacer más por este mundo. A continuación unas pocas capturas,  el ensayo resultante del documental  y finalmente el documental online:


REVOLUCIÓN DE COSAS IMPORTANTES

Tal como enunciaba Thomas Jefferson, debe existir en toda generación una revolución que preserve la libertad y cambie lo obsoleto, nuestro actuar en el presente es el detonante para un futuro absolutamente catastrófico o para un futuro realmente sostenible, es imprescindible cuestionarse las actuaciones del ahora, tanto como evaluar las alternativas para mejorar.

Pues, no se puede pensar en mejorar si siempre se trabaja de la misma forma. No se puede mejorar con prácticas que chocan con lo que se alcanza o se logran, es decir, gastando más en generar que en lo que obtener. Y es así, como una revolución en una generación, y de cosas importantes, implica cambios de mentalidad. Cambios que no pueden ni deben ser abruptos, que respetan la secuencia progresiva del hombre para aprender y adaptarse pero que deben darse.

Michael Ruppert, con sus declaraciones en el documental Colapso, defiende con argumentos sólidos la necesidad de superar la negación al futuro que nos hemos ganado. No es un autor de libros que inconscientemente es ambiguo al querer dinero por la publicación de los mismos, no. Es un autor de realidades, con un trabajo altruista y difícil pero sobretodo completo.

Es así, como sus posturas ante un eventual desmoronamiento de los sistemas económicos y a la vez políticos (que definía como hacer economía por otros medios) que terminan en violencia y conflictos (que también definía como hacer política por otros medios) son una realidad. Y más que escandalosas o apocalípticas, son posturas en pro de la supervivencia. De entender que con grandes revoluciones se puede sobrevivir a la transición del colapso, que es más que una supervivencia a lo inminente.

La revolución de cosas importantes, en el marco global de sostenibilidad y continuidad económica, implica cambiar el concepto del dinero y su valor, paralelamente al del petróleo y el interés agresivo por conseguirlo. El primero, porque la forma como se manejan las finanzas mundiales, jugando con lo que no se tiene, predisponiendo de un mercado consumista que sobrevive entre créditos y re-financiamientos no es sostenible, no se extenderá por siempre. Por ello, el saber lo que se tiene, el ser realista con lo que se puede obtener y el equilibrar esto es el verdadero concepto de dinero y su valor.

Lo segundo, es importante porque nos hemos olvidado que el petróleo es un recurso no renovable, que no se comporta como los productos normales, con los que una gran inversión en la producción basta para obtener más. Es imposible. El petróleo no es la fuente más ecológica tal como lo usamos hoy en día. La agresividad por conseguirlo, en términos de gastos y costos nos ha llevado a guerras, a contaminar mares, a destruir sistemas ecológicos y a desconectarnos de la tierra misma.

De allí, una salida vital para ir poco a poco dejando de depender de un recurso con un futuro tan incierto e insostenible es voltear la mirada a las alternativas “verdes”. Y como el mismo Ruppert mencionaba no son sino sólo dos, la solar y la eólica. Los proyectos con ellas deben ser reales. Lo que se invierta en transformar, generar y distribuir debe ser eficiente y real. No se puede alucinar con tecnologías costosas, grandes y engorrosas que terminan utilizando en su implementación y funcionamiento todo por lo cual van a generar.

Y eso, debe ir de la mano con una revolución hacia la tierra y el campo. Una especie de respeto. A no mirarle como la reproductora de químicos comestibles. Hay que entender que tiene ciclos, pausas, una naturaleza y un sentir, y más, que es la única que puede equilibrar todo lo demás, economías, políticas y actuaciones globales.

Finalmente, el cambiar nuestros ideales, conceptos y paradigmas, deben evidenciarse como necesidades urgentes, no como planes a futuros. El futuro es el ahora, la especie humana no puede esperar encerrada en el ajetreo diario en que todo mejorará de la nada. Cada uno es responsable de lo que pasa, del consumismo extremo, de la intolerancia con los sistemas ambientales que nos rodean y del daño irreparable que ya se le ha hecho y que nos pasará la cuenta de cobro sin mayores pretensiones que en busca del equilibrio y de la vida.