Hay noches en las que me pongo a pensar en como mucho de lo que quiero parte tan abruptamente... empezando por familiares que admiraba, amigos que me importaban y animales que amaba... Bueno quizás unos se pierdan entre los amargos recuerdos, otros queden legendados por su muerte y pocos retumben en mi mente junto con sus enseñanzas... Lo definitivo es que no están.

Quizás ese asunto no tiene lado triste... Sólo son asuntos envolventes cuando no tienes mucho que hacer más que ver películas y matar dibujitos.

El sentimiento de ir por la vida plantando semillas que no darán frutos, fugaces escapes de similitudes y efímeros puntos g de intensidad puede que describa la sensación del asunto. Aunque estas últimas sean la condena de los buenos, sí claro..., desaciertos de las decisiones.


No creo que la vida duré mucho como para hacerme a la idea de partir congratulado con todos, pero la idea del irse abrúptamente me suena... Es un escape a penas justo. No necesitas más que una sonrisa o un guiño cómplice que te responda.

He decidido viajar de aquí, tan desprevenidamente como pueda. Donde las cosas que queden enseñen la felicidad de lo abrupto y que el momento es ahora. No hay más.