Beirut tiene un aire a nostalgia que endulza sus sonidos pero palidece los recuerdos y mi olvido.
Escucho la niñez correr tras las ges y las jotas, las tonterías escritas mal y hojas rotas.
Permanecen intactas siendo sonoras, latentes y mojadas, como cuando escuchas una canción anticuada.
Retumbando lúcidas entre titileos alegres, ¿Cuánto tiempo ha pasado, entre querer y el verte?

¿Te apetece hablar conmigo? Me grito, me rasguño, me silencio.
La crueldad de lo que eres discute tantas veces con lo que piensas que puedes mejorar.
Tiempo ingenuo y muerto...
No recuerdo si es por la música, por los unicornios de colores o por subir un escalón más.

El mundo está demasiado alegre para preocuparse,
La vida suena demasiado inhumana como para pretender sumarse.
Todos saben de la esperanza, de lo positivo, de lo cálido y sentido.
¡Qué alegría ver la felicidad! ¡Qué palabra tan ajena a mí!

Zaz tiene un aire que apacigua lo que estimo, que adormece los leones y rebeldiza los sapitos.
Cuanto quisiera hablar de algo menos superfluo, de algo más cercano y vívido.
Me quedan tres segundos de exposición en este altar mediático.
Lleno de dedos pulsantes, de palabras sueltas y silogismos.

Zaz - El hada (La fée)


Beirut - Vagabundo, entre otras (Vagabond)